Con el proceso de internacionalización de la economía española las empresas ven la necesidad de recursos humanos con competencias profesionales singulares (liderazgo, experiencia internacional, manejo de idiomas, integración cultural en distintos mercados, etc.), lo cual favorece los procesos de expatriación e inmigración en España.
Así, en el Informe Anual de Movilidad Internacional de la Ley 14/2013, se indica que tradicionalmente la política migratoria española se ha orientado a la ordenación de los flujos migratorios laborales de conformidad a las necesidades del mercado de trabajo, incidiendo en los aspectos de seguridad pero prescindiendo de la internacionalización de la economía. Esta concepción, que fue útil en un pasado, se torna insuficiente ante la nueva realidad económica mundial y la gestión de personas o expatriados españoles.
Con la entrada de inversores en España esto provoca un interés empresarial creciente por atraer recursos humanos desde otros Estados para trabajar en España. Para Diana A. Filipescu, profesora de Negocios Internacionales y Marketing de la Toulouse Business School, en su Diagnóstico de la situación de la empresa: “Los recursos humanos son de suma importancia en el proceso de internacionalización de la empresa y de ellos depende el éxito internacional. La internacionalización precisa tener gestores preparados para ella, con un conocimiento mínimo de cómo funcionan los mercados internacionales”.
Veamos los conceptos prácticos básicos a tener en cuenta en el marco migratorio de los procesos de gestión de personas o expatriados españoles.
¿Existen diferencias entre un trabajador expatriado e inmigrante?
Se entiende por trabajador expatriado aquel que realiza un movimiento transfronterizo dentro de su empresa para dar cobertura a una necesidad de mano de obra en un territorio distinto de su país de origen, ya sea con carácter temporal o indefinido.
En cambio, un trabajador inmigrante, normalmente no está vinculado de manera contractual a ninguna empresa y se encuentra en proceso de búsqueda de empleo en un país distinto al de su lugar de residencia o nacionalidad.
En los aspectos jurídicos generales de ambos colectivos, tanto para el trabajador expatriado como el inmigrante no existen importantes diferencias en cuanto a la estructura laboral/contractual o de fiscalidad internacional, salvo algunas excepciones como el régimen fiscal especial de los impatriados o las condiciones particulares suscritas con los trabajadores expatriados para facilitar su desplazamiento al extranjero, entre otros aspectos que trataremos más adelante en otros artículos del blog.
¿Cómo se organiza la movilidad internacional en España?
La movilidad internacional en España con carácter general está contenida en la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre Derechos y Libertades de los Extranjeros en España y su reglamento de aplicación. Esta es la normativa básica que regula los flujos migratorios hacia España
Por otra parte, y en vista de la necesidad de un nuevo modelo que entendiera la movilidad internacional como un elemento de competitividad se articuló la Ley de apoyo a los emprendedores y su internacionalización, en la cual se desarrolla un esquema jurídico de movilidad geográfica internacional especial, dedicada a los emprendedores, inversores, profesionales altamente cualificados, investigadores y prestadores de servicios transnacionales.
Desde Morales Asencio nos dedicamos a gestionar tanto los flujos migratorios en el empleo o la gestión de trabajadores expatriados en España, como la situación del trabajador inmigrante que se encuentran en la búsqueda de empleo.
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